Las lesiones en caballos pueden ocurrir tanto si competimos profesionalmente con él como si no, pero son más frecuentes si el caballo está presente en el mundo del deporte y las competiciones. Los caballos dedicados al deporte son verdaderos atletas profesionales. Sus cuidados y atenciones deben ser prioritarios para el jinete, ya que del estado físico del animal dependerá su rendimiento, dentro de estos cuidados básicos está la contratación de seguros para caballos.
El signo más aparente por el que podemos deducir que el caballo está lesionado es la cojera, pero esta puede deberse a muchas causas: sobreesfuerzo, torcedura de tendones o articulaciones, llagas en los cascos, etc. En cualquiera de los casos, debemos llamar a un veterinario que inspeccione al caballo, recuerda que con seguros veterinarios todo es tranquilidad y facilidades.
A continuación, os dejamos una lista de las zonas más propensas y las lesiones que se producen en ellas:
- Anquilosis articular: Es una degeneración articular, y en las fases más avanzadas puede producir la pérdida total del espacio articular y neoformación del tejido óseo, presentando así la articulación afectada, suele ser la rodilla, un alto grado de rigidez.
- Osteoartritis: Se trata de la inflamación de una articulación, sucede al principio de una lesión articular y puede llegar a producir una degradación progresiva con la consiguiente pérdida de la calidad del cartílago de la articulación afectada. Suele producirse en el tarso y el carpo.
- Osteoartrosis: Inflamación crónica articular con deformación ósea, se observa en lesiones antiguas que no han sido tratadas o curadas correctamente.
- Osteofitos: Son depósitos que se genera y crecen dentro de la articulación. Se cree que son debidos al exceso de trabajo o al estrés articular. Pueden crecer hasta el tamaño de un garbanzo, destruyendo el cartílago, incluso llegan provocar restricción del movimiento, con cojeras muy severas.
- Osteocondrosis: Lesión que afecta generalmente a grandes articulaciones (principalmente a la rodilla). Hablamos de la osteocondrosis en este post, básicamente es la pérdida de cartílago articular. Se observa como una úlcera de la superficie del cartílago.
- Miositis: Inflamación de los músculos. Se produce por sobreesfuerzo del caballo, llevada al extremo puede llegar a provocar roturas de fibras musculares.
- Tendinitis: Inflamación de un tendón. Los tendones que más sufren estas inflamaciones son los flexores. En casos graves podemos observar mediante ecografia roturas de fibras tendinosas.
- Desmitis: Es la inflamación de un ligamento, los más afectados y con riesgo de padecerla son los suspensores del menudillos.
También podemos observar cojeras debidas a fisuras o fracturas de la falange distal. Son cojeras clásicas de apoyo, donde el animal apoya en pinza y se resiste a plantar la mano en el suelo.
Los cascos son uno de los mayores afectados por las lesiones.
Una de las lesiones más habituales en los cascos son las infosuras. Esta lesión es fácil de diagnosticar y rápida en cuanto al tiempo, ya que se puede detectar en las primeras 72 horas. Cuando un caballo sufre infosuras en los cascos, podemos observar que el caballo está desnivelado al apoyar las manos o se balancee apoyando su peso en las extremidades posteriores. Esta lesión puede aparecer por excesos de trabajo, ejercicios no controlados o a causa de un cólico. En los casos crónicos, podemos ver marcas en el crecimiento del casco. La gravedad de esta anomalía está en el grado de rotación de la falange distal o tejuelo, a mayor rotación más grave es y peor recuperación tendrá. Para evitarlas, lo mejor es darle duchas de agua fresca en los cascos y la parte de los bulbos, lo que ayudará a la descongestión de la zona.
Enfermedad podotroclear.
La enfermedad podotroclear es lo que comúnmente se conoce como enfermedad del navicular. Su nombre se debe a que además de al hueso navicular, implica otras formaciones anatómicas como, por ejemplo, el tendón, ligamentos del sesamoideo, cápsulas sinoviales, etc. Este síndrome se observa principalmente en caballos de competición de saltos, aunque también puede aparecer en otro tipo de especialidad deportiva como la doma clásica, o las carreras. Se aconseja hacer controles anuales radiológicos del hueso navicular, porque muchas veces hasta que la enfermedad no se encuentra en una fase avanzada, el caballo no muestra cojera. Por lo que esta recomendación es aconsejable para prevenirla y tratarla rápidamente y en las fases iniciales.
Recuerda que contratar un seguro de responsabilidad civil de caballos es algo imprescindible si tienes un caballo en propiedad.